domingo, 21 de junio de 2015

Historias de una vida en una postal

Me traje de casa una caja de latón que perteneció a mi aubela. Allí guardaba celosamente postales de su juventud y multitud de estampitas de esas que dan en las misas de difuntos, de sus conocidos y familiares. Desgraciadamente, mi abuela vio a muchos de sus hermanos morir (eran familia numerosa), y a otros tantos amigos, conocidos y vecinos.



A mi madre todo esto le dio mucha grima y lo tiró todo, a excepción de la caja que le pedí me guardara y unas pocas postales que ella sabe que me gusta coleccionar. Sobre todo, si han pertenecido a mi familia. La caja necesita un buen repaso por dentro porque está algo oxidada, pero nada que no se pueda arreglar con un poco de ferrokit, paciencia y un buen trozo de fieltro. No es ninguna maravilla de caja, pero siempre recuerdo verla en casa de mi abuela junto a la del Cola Cao (que también conservo) y me recuerda a ella.



Las postales rescatadas son un poco de todo: hay postales que enviaron mis padres desde Galicia, tanto cuando me llevaron por primera vez tras mi nacimiento, como en subsecuentes vacaciones. Hay postales mías desde aquí y desde Gijón. Hay tarjetas navideñas. Pero sobre todo, hay muchas postales antiguas, en blanco y negro o ilustradas, que cuentan mucho más de lo que parece. Y aquí os las voy a enseñar.

Una postal del día de la madre, con poesía incluida firmada por mi madre y mi tío. Está fechada el 8 de Diciembre de 1963. 
¿Que qué..? ¡Pero si el día de la madre es el primer Domingo de Mayo! Bien. Ahora. Pero resulta que en esas fechas el día de la Madre se celebraba -así lo decidió la iglesia católica- para honrar a la virgen, madre de Jesús, y como el 8 de Diciembre es la Inmaculada Concepción, esa fue la fecha escogida. No sería hasta dos años más tarde (1965) cuando se decidiría que el día de la madre se celebrase en Mayo.

"En este día dichoso te regalo esta postal
para que lo pases con mucha felicidad.
Tus hijos X e Y

Otra postal familiar, esta vez de su cuñado y esposa, dirigida a mi abuela (con fecha de junio de 1954):

Te desea muchas felicidades el día de tu santo tu cuñado Antonio y Paca.


Un hermano de mi abuela que murió demasiado temprano, le envió esta postal en junio del 46:

En tu fiesta onomástica te dedico esta postal,
tu querido hermano que se llama Nicolás.

En el 42, mi abuela recibía esta otra postal de una amiga:

En el día de tu santo, te dedico esta postal
para que pases tu día
con gusto y felicidad,
tu amiga Antonia M.

Verano de 1955, postal de su hermana Lola:

Te deseo un feliz día de tu santo en prueba de cariño con tu esposo e hija
esta tu hermana que te quiere, Dolores R.
Otra postal de su hermano Nicolás, sin fecha. Nicolás era el bromista de la familia, siempre campechano y con un humor envidiable.

Por ser la primera posal que de mis manos recibes,
guárdala en tu corazón para que nunca me olvides.
Tu querido hermano,
Nicolás

Y las postales que le envió mi abuelo. Porque mi abuelo, poco después de casarse, si no recuerdo mal, estuvo trabajando como camionero para una compañía de pinturas. Así que viajaba a menudo por media España y se ve que tenía a bien enviar postales de recuerdo:

Desperté con alegría y miré el almanaque
y al saber que era tu día, te deseo felicidades,
y a los que a ti te rodean también se las deseo mil.
Te mando las (... ... ilegible) para que compares unas medias como ayer te prometí
Este que te quiere, S.
(Julio 1947)

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A mi querida J. como prueba de cariño de su novio que mucho te quiere (diciembre 1949)

Sevilla es muy bonita, siempre reina la alegría
a mi (... ilegible) no la hay solo por ti, vida mía.
A la Virgen Macarena
Yo le tengo ofecido
dos velas y cinco pesetas
por estar siempre contigo.
(Septiembre 1949)

Mi querida J. Si queires ver Malaga abre la puerta trasera del carro y a lo mejor me ves pasear entre el público.
Este que te quiere, S. (Septiembre 1949)


(... ilegible) mía, te mando esta foto como recuerdo de Mérida.
En estos sitios que son lso Teatros Romanos donde se imponían a los cristianos
el castigo de ser devorados por las fieras.
Afectuosamente y cariñosamente a mi amada J.
(noviembre 1949)

En la gloria se uedó este hombre afortunado
pues su esposa se marchó
para pasar el verano.
No creas que yo digo igual, pues no soy de esa opinión,
pues yo no estoy en la gloria,
estoy en la Prevención
con todo cariño, tu esposo, S.
(junio 1953)

De las postales de sitios en Galicia, hay varias, pero solo os voy a mostrar una que cuenta toda una historia para mí y que os voy a explicar:


Toda la postal está escrita por detrás. Hay varias que no tienen sello, por lo que presumo que escribieron varias de distintos lugares y las enviaron en sobre todas juntas.

Dice así:

"Queridos padres, estamos en Vigo, pues esto es precioso y est1<n las cosas baratísimas, pues ayer fuimos a coger las reservas y el tren no llega a Cádiz de 11 a 11 y media de la mañana porque sale de Madrid a las 11 de la noche. Pues estamos bien y la niña muy graciosa diciéndole a José que se llama Pepe y peste y se lleva todo el día metiéndose con él. Pues le hemos comprado un poncho y está monísima pero no hay quien se lo ponga porque se pone a llorar como una fiera. A ver en Cádiz si se lo podemos poner porque es muy mono. Le das recuerdos a E. y cuando me escriba que me diga si tiene ya melena, y sin más besos y recuerdos para todos" P.D. Aquí en Galicia hay unos zapatos monísimos que valen 29 ptas."

Y diréis... ¿pues qué?

Esta postal, junto con muchas otras rellenas de las típicas palabras de "estamos aquí y esto es muy bonito", cuenta una historia. En ese viaje donde no me quería poner el poncho, yo solo tenía un año y mis padres me habían llevado al pueblo de mi padre para conocer a mis abuelos paternos.
Yo llamaba Pepe a mi padre, porque hasta lso cautro años, apenas crecí con él. Mi padre trabajaba en un barco y solo venía a casa un mes o dos cada seis meses, por lo que para mí, ese hombre era un desconocido. 
Mi tío de joven llevaba una melena así a medio hombro, por lo que sobre estas fechs imagino habría decidido dejársela crecer, proque en la fotos suyas de cuando yo nací, llevaba "el corte Joselito".

Lo de llorar por no querer ponerme el poncho... yo siempre fui así. Si una prenda no me gustaba, no me la podían poner ni a empujones.

Y los zapatos a 29 pesetas... ¡seguro que no eran unos Choos o unos Louboutin!


4 comentarios:

chema dijo...

esas fotos y postales son un tesoro. son pequeños fragmentos de la vida hace varias décadas...
qué graciosa la última carta, que hablaba de ti! jeje

Geno dijo...

Que preciosos y preciados tesoros tienes ahí

Gen dijo...

¡Qué joyas, Ruth!Gracias por compartirlas. Yo también heredé una caja llena de postales de toda una vida, bueno, de varias vidas,de mis abuelos,mis tíos, mi madre,... Hace tiempo que tengo pensado dedicarle un post a otra caja también muy especial, que por desgracia,al contrario de la de las postales, no guardé.

Mercedes dijo...

Qué tesoro conservas, ojala yo tuviera postales y cartas de aquellas épocas. Es verdad que una puede construir historias familiares a partir de ellas. A mí, como a ti, me encanta indagar en mi pasado genético, con la diferencia de que al morir jovenes mis padres y ser yo una niña, entonces no le di tanta importancia y gran mayoría de esos recuerdos desaparecieron con el tiempo. Así que eres afortunadada por poder perderte en esos tiempos maravillosos donde unos zapatos costaban 29 pesetas :)